miércoles, 28 de septiembre de 2011

Es la mañana llena de tempestad
En el corazón del verano.

Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
El viento las sacude con sus viajeras manos.

Innumerable corazón del viento
Latiendo sobre nuestro silencio enamorado

Zumbando entre lo arboles, orquestal y divino,
Como una lengua llena de guerras y de cantos.

Viento que lleva en rápido robo la hojarasca
Y desvía las flechas latientes de los pájaros.

Viento que la derriba en ola sin espuma
Y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.

Se rompe y se sumerge su volumen de besos
Combatiendo en la puerta del viento del verano 

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